viernes, 30 de octubre de 2009

Por Miguel Galindo : SUMA Y SIGUE...

Esto es el cuento de nunca acabar, pero enfín… El escribir sobre cosicas económicas en un periódico sobre cosicas empresariales tiene el deber de comentar lo que está pasando en materia de las primeras que afectan a las segundas. Y eso mismo intento hacer. Pero cuando lo que veo no tiene ni pies ni cabeza, pues lo digo, a ver si alguien le otease el sentido que yo no le encuentro.

Ahora tenemos un nuevo Plan E reinventado por el gobierno para los ayuntamientos. Vale. Yo me alegro por las casas consistoriales y sus funcionarios. Y mucho, de verdad que sí. Pero va destinado para la nómina y el gasto corriente. Cinco mil millones de euros. ¿Porqué no se dan para que esos ayuntamientos reduzcan su deuda atrasada y pendiente a sus proveedores?. Eso ayudaría al mantenimiento de las empresas que están cerrando a carretadas, a frenar el jodido y lamentable paro, amén de sanear las propias cuentas municipales que igualmente les permitiría afrontar su nómina y gasto corriente con menor dificultad. Una ayuda bien aprovechada. Pero no, aquí se sigue pensando con lo que utilizamos para sentarnos.

Otra. A la inefable ministra de economía se la ha escurrido la brillante idea de contratar a prejubilados de la banca (la mayoria mal prejubilados, dicho sea de paso, con cargo a las exhaustas arcas del estado) para que analicen expedientes de créditos denegados a las pymes por sus antíguos patronos, y que, como tales ex-expertos, aconsejen a los bancos a que sean buenos y reconsideren las calabazas dadas. Absurdo. Primero, se dá un sobresueldo a los jubilados mejor pagados, cosa que bien podrían hacer por pura solidaridad ya que se lo pueden permitir de sobra, afortunadamente para ellos, y no quitando diez millones de euros a los que están cobrando subsidios de auténtica miseria y pobreza. Segundo, ¿qué banco se va a retractar de lo dicho por mucha recomendación de sus ex empleados por muy pata negra que hayan sido?. Sin tan buenos son, ¿porqué se deshizo de ellos?.. ¿o es que los que ahora están no saben de números..?. No tengo mérito alguno si hago de adivino y auguro un rotundo fracaso a esta iniciativa. Otro más que añadir. Otro despilfarro innecesario.

Y como no hay dos sin tres, una tercera, señora portera. Desde tiempos inmemoriales, los sufridos comerciantes han venido quejándose del abuso por los gastos que cargan las financieras por la aceptación de las tarjetas de crédito de sus clientes. Algo que nació como un gran avance para todos – eliminación del riesgo de llevar dinero en los bolsillos y tenerlo en las cajas registradoras, dinamización del consumo, facilidad para el crédito rápido, funcional y personal, animador del movimiento económico, etc. – debería ser protegido y vigilado para que ninguna de las partes abuse en la mecánica de su desarrollo. Los bancos, o los grupos financieros que manejan el cotarro imponen intereses desproporcionados y repetidamente denunciados al y por el sector comercio. Si eso era en tiempos bonancibles, ahora en plena crisis fria, ni te cuento… Pues bien, la administración viene y en lugar de imponer límites a los desmanes en esa materia al poderoso que los realiza, va y autoriza al comercio para que revierta la tasa en su cliente consumidor. A esto se le llama gobernar, poner a cada uno en su sitio, ejercer la justicia social, defender la parte más débil y , sobretodo, reactivar un consumo que se proyecta en recesión contínua. Por supuesto, las asociaciones de comercio ya han dicho que no lo van a hacer, pues eso sería cargar encima, ante el comprador, con unas culpas que no son suyas… Pues es que, a lo peor, es lo que precisamente quiere el gobierno. Una cabeza de turco ante los ciudadatas... Como siempre.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – miguel@settgrup.es

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